El horizonte ha dejado paso a Croacia, posponiendo Italia para otra ocasión.
Y en ese misterioso tejer que tiene la vida a veces, llegan las costas del Adriático y el azul de sus aguas, el calor, la mirada clara de su gente... rememorando un tiempo atrás, casi veinte años ya, cuando en un convoy de ayuda humanitaria me embarcaba rumbo a Bosnia, inmersa en la Guerra de los Balcanes. Y me preguntaba hace sólo unas semanas si podría alguna vez recorrer los mismos caminos para encontrarme a la misma gente de entonces... Será difícil, tampoco yo soy la misma de entonces.